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Porque yo lo dije
Septiembre 29th, 2025
Levítico 19:1-10.
Levante la mano si alguna vez ha estado en el extremo receptor de la frase: “¡Porque yo lo dije, por eso!” Tal vez fuiste tú quien dijo (o pensó) esas palabras. O tal vez has tenido el privilegio de estar en ambos lados. Si bien es cierto que aprendemos más a través de la comprensión, a veces en una batalla de voluntades las explicaciones simplemente no son suficientes. Entonces, todo se reduce a esas seis palabras elegidas: “¡Porque yo lo dije, por eso!”
En el pasaje de hoy, Dios estaba revisando las reglas una vez más. Los israelitas, como muchos otros miembros de la raza humana, eran un pueblo muy terco. Necesitaban escuchar la lista especial de Dios de “lo que se debe y no se debe hacer” en una variedad de formas y repetida con frecuencia. Dios fue minucioso y ordenado como siempre, cubriendo lo básico como mentir, robar, asesinar y amar a tu mamá y papá. Sin embargo, aún más importante que amar a mamá es amar a nuestro Dios soberano y santo y ponerlo a Él y a Sus mandamientos en primer lugar.
Lo primero que Dios puso en la agenda de Moisés fue recordarle al pueblo que Dios es santo, y que la razón por la que es santo es porque Él es el Señor.
Servimos a un Dios santo. Que la santidad sea siempre nuestro himno.
Autor: Andrea Talley