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Un niño de la clase

Febrero 2nd, 2025

Tito 3:1-8

El griego del primer siglo no tenía fuentes en negrita o cursiva para enfatizar ciertas palabras o puntos. No podían cambiar de color ni hacer la fuente más grande para llamar la atención de sus lectores. En su lugar, utilizaron la repetición. Cuando un pasaje del Nuevo Testamento repite algo, casi siempre lo hace para enfatizar.

“¡Mirad qué amor nos ha prodigado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios! ¡Y eso es lo que somos!( v. 1, énfasis añadido). Muchas veces permitimos que otras cosas, a veces poco saludables, nos digan quiénes somos. Dejamos que nuestro propio diálogo interno nos diga que somos fracasados, inútiles, abandonados y solos. Dejamos que nuestros sentimientos, que pueden cambiar a nuestro antojo, nos digan quiénes o qué somos.

Entra Juan, quien salta a la refriega, nos recuerda quiénes somos y luego lo repite para enfatizar: Somos hijos amados de Dios. ¿Quieres saber quién eres realmente fuera de todo el caos y la negatividad que intenta definirte? La Biblia dice que eres un hijo de Dios. Ahora vete y vive como tal.

Autor: Mark Hendrickson

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