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Yo no lo hice
Diciembre 31st, 2024
Isaías 53:4-8
Una de las frases que menos me gusta escuchar de un niño es: “¿Qué hice? ¡Yo no hice nada!” Me disgusta especialmente después de haber explicado con calma al niño o niña en cuestión exactamente qué es lo que son culpables de hacer. Están convencidos de que son inocentes, y me quedo preguntándome qué fue de sus “oídos atentos”.
Las cosas son un poco diferentes con Jesús. Si Él dice que “no lo hizo”, realmente no lo ha hecho”. A menudo, Jesús era creativo en sus respuestas, respondiendo a las preguntas con preguntas o hablando en parábolas. Sin embargo, al final, Jesús era inocente de cualquier supuesta mala acción por la que se le había culpado.
Las acusaciones de los que lo rodeaban no eran las únicas cargas que nuestro Salvador tenía que soportar. Cada pecado que alguien había cometido o que cometería yacía sobre Sus hombros.
Jesucristo aceptó voluntariamente nuestro castigo por los males que eran nuestros para que pudiéramos tener vida eterna. Debido a Su gran amor, Él pagó el precio máximo por nuestra salvación con Su vida.
Autor: Andrea Talley