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Un memorial para siempre
Noviembre 9th, 2011
Josué 4:1-9
Cruzar el río Jordán en la etapa de inundación en tierra seca sería difícil de olvidar. Sin embargo, los recuerdos se desvanecerían. Nacerían niños que no conocerían los detalles de lo que Dios hizo. ¿Cómo se recordaría la intervención milagrosa del Señor y cómo se glorificaría su nombre? Una simple pila de 12 piedras grandes tomadas del lecho seco del río se convirtió en un memorial para el pueblo de Dios de sus actos.
Cada creyente puede señalar eventos notables de la vida en los que está claro que el Señor intervino de una manera especial y única respondiendo a la oración, satisfaciendo una necesidad o extendiendo sus misericordias sanadoras. ¿Cómo preservamos la memoria de estos tiempos especiales para que Dios reciba toda la gloria y otros puedan ver su mano providencial en nuestras vidas?
El memorial más eficaz es una vida dedicada a buscar y hacer su voluntad en sumisión a la guía del Espíritu Santo y a la Palabra de Dios. Una vida así puede parecerse a un montón de piedras conmemorativas recogidas del lecho del río. Una vida conmemorativa se vive con sencillez; confía en el Señor y se construye piedra espiritual a piedra. Una vida así deja una impresión permanente en un mundo que observa y no se olvidará fácilmente.
