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Ser Sal, Luz y Transparencia
Diciembre 29th, 2025
Mateo 5:13-16.
Durante milenios, la sal ha sido uno de los bienes más preciados de la humanidad. Como conservante, nos permite guardar ciertos alimentos durante las temporadas de escasez. Como potenciador de condimentos, enriquece nuestros platos en todo el espectro de sabores. La sal también es un mineral vital para que nuestro cuerpo funcione en un estado saludable. Y, si se almacena correctamente, la sal puede durar prácticamente para siempre.
Sin embargo, si la sal se empaña por contaminantes externos, incluso por el agua o por variaciones extremas de temperatura, se dañará y perderá su salinidad. Un recurso tan valioso, una vez manchado, no puede recuperar precisamente aquello que le da valor.
Para el creyente ser comparado con la sal de esta manera es especialmente difícil. Aunque no debemos desesperarnos por perder nuestra salvación por nuestros errores, ciertamente debemos entender que nuestras palabras y acciones son vulnerables a ser contaminadas por los contaminantes del mundo. Si no tenemos cuidado de protegernos de esas influencias, nuestros testimonios podrían volverse ineficaces para el reino.
Somos sal de la tierra; ¡Hagamos todo lo posible para conservar nuestra salinidad!
Autor: Grant Miller