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La llevó a casa
Diciembre 8th, 2025
Mateo 1:18-25.
La vida de Joseph se estaba desmoronando en sus manos. Su prometida, Mary, estaba embarazada. ¿Cómo? ¿Quién? Se había apresurado a visitar a la familia en Jerusalén sin apenas decir palabra. Tres meses fuera, volvió. Empezaron los susurros.
Joseph era un hombre de sustancia, un trabajador hábil con una reputación que proteger. Su familia rastreaba su linaje a través del rey David hasta Abraham. María provenía de una familia sacerdotal. En el pequeño pueblo de Nazaret, provenían de gente respetable.
Sin embargo, estaba la ley. El código mosaico establecía severas penas para el adulterio y la violación (Deuteronomio 22:22-29). Si José acusaba a María, habría una investigación. Se hablaría. Joseph pensó en cómo divorciarse de ella “en silencio”. Aún quería proteger a Mary.
Dormir llegó con dificultad. Es difícil apagar un cerebro en crisis. Un ángel apareció en su sueño y dijo: “No tengáis miedo” (Mateo 1:20). Dios conocía el corazón de José. Todas sus preguntas fueron respondidas. Esto era cosa de Dios. Jesús, “el Señor salva”, se convertiría en el prometido Manuel, “Dios con nosotros” (Isaías 7:14).
Joseph despertó, literal y figuradamente. Ya sin miedo, José “llevó a María a casa como esposa.” Él la aceptó. Su hijo, el hijo de Dios, también sería su hijo.
Autor: Duane Brush