PODCAST
Un mensaje claro
Febrero 7th, 2025
Hechos 9:10-19
Después del encuentro de Saulo en el camino a Damasco, sus compañeros condujeron al hombre humilde y ciego a la ciudad. Ahora ya no era el arrogante perseguidor de los cristianos, creía. Había oído la llamada para que se fuera y esperara nuevas instrucciones. Mientras tanto, Ananías también escuchó el llamado para encontrarse con Saulo. Comprensiblemente, Ananías estaba un poco indeciso debido a la reputación de Saulo. Sin embargo, el llamado a irse siguió siendo alto y claro.
El llamado de Saulo fue llevar el evangelio a “los gentiles y a sus reyes y al pueblo de Israel” (v. 15). Sin embargo, tenía dos necesidades: físicas y espirituales. Ananías oró; Saulo recibió la vista y el Espíritu Santo. El Señor sabía que Saulo necesitaría el Espíritu Santo, ya que el sufrimiento estaría en su futuro.
Permaneció en Damasco durante varios días proclamando que Jesús era el Hijo de Dios. Su transformación fue un testimonio para aquellos que lo escucharon. El poder divino había cruzado la obediencia humana.
Dios sigue llamando. Esa es la mitad de la ecuación. La culminación es la obediencia humana. ¿Quién responderá?
Autor: Lynda T. Boardman
