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Cuando las cosas se ponen difíciles
Noviembre 17th, 2024
Salmos 3:1-8
“Cuando las cosas se ponen difíciles, los duros se ponen en marcha”. Nuestra respuesta típica a las dificultades es seguir adelante con nuestras propias fuerzas. En esta postura, la oración se convierte en una forma de aumentar el poder de nuestros propios planes en lugar de un ejercicio de confianza. El salmista nos enseña cómo debe ser depender de Dios.
Dios protege como un escudo, se agacha y los recoge. Dios no solo escucha el clamor de esta oración, sino que responde con gracia y presencia sustentadoras.
En medio de los problemas, claman por liberación. Ellos no oran: “¡Dios me ayude a golpear a mis enemigos y a ayudarme a resolver esto!” ¡No! Entienden que si Dios levanta, protege y sostiene, Dios también los librará.
El grito de liberación conduce a una postura de fe en un Dios que responde a los gritos de los que están en crisis. Podemos depender completamente de Dios para la liberación en lugar de depender de nosotros mismos. Cuando las cosas se ponen difíciles, los fieles confían.
Autor: Austin Troyer