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Petulante

Septiembre 18th, 2024

Daniel 5:18-21

Los estudios científicos proponen que sentirse poderoso puede suprimir la parte del cerebro que nos ayuda a conectarnos con los demás, conocida como el “sistema espejo”. Este sistema de espejos es un grupo de neuronas que se activan tanto cuando experimentas algo (por ejemplo, beber una taza de buen café) como cuando alguien que ves experimenta algo (por ejemplo, beber una taza de buen café). En cierto sentido, el sistema del espejo te ayuda a empatizar (incluidos sus motivos) con la otra persona que bebe ese café. Sentirse impotente parece impulsar el sistema de espejos. Sin embargo, un aumento de poder suprime el sistema de espejos, lo que hace que sea más difícil empatizar con los demás.

Nabucodonosor recibió “soberanía, grandeza, gloria y esplendor” de Dios. Si quería elevar a alguien, lo hacía. Si quería deshacerse de alguien, lo hacía.

Todo esto funcionó hasta que “su corazón se volvió arrogante y se endureció de soberbia” (v. 20). Olvidó cómo empatizar con las personas que lo rodeaban. Ciertamente olvidó que el poder que tenía no provenía de él, sino de Dios.

No dejes que el poder se te suba a la cabeza.

Autor: Stefanie Hendrickson

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