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Elogios genuinos

Julio 15th, 2024

Apocalipsis 4:1-11

Picasso y Da Vinci no tienen nada que ver con los artistas jóvenes. Para el ojo inexperto, podría parecer que la página de estos jóvenes artistas contiene solo líneas coloridas. Ciertamente, la primera respuesta no sería colocar la obra en un lugar destacado para que todos la vean. Sin embargo, aquellos que han tenido el privilegio de mostrar la última obra maestra de un niño de tres años saben que la respuesta adecuada es elogiar al creador. A menudo, nuestros elogios son genuinos porque sabemos que el niño nos ha traído lo mejor de sí mismo.

Si un crítico escribiera una reseña, podría ser algo así: El uso audaz de las líneas complementa los garabatos caprichosos que sirven como punto focal de la obra. El sombreado monocromático habla del amor del artista por el azul.

Nosotros, como seguidores de Cristo, debemos toda la gloria y el honor a nuestro Creador. Nuestra alabanza es genuina porque sabemos que no hay nada mejor que lo que Dios nos ha dado. El apóstol Juan escribió una crítica apropiada: Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir gloria, honra y poder, porque tú creaste todas las cosas (v. 11).

Autor: Andrea Talley