PODCAST
Clama misericordia
Octubre 6th, 2011
Éxodo 32:1-14
Mis dos hijos alborotadores estaban de pie, nariz con nariz, con los pies rígidos sobre la alfombra, las manos juntas, tratando de obligarse mutuamente a bajar. Finalmente, mi hijo menor se arrodilló y gritó: “¡Misericordia!”.
“¿Qué demonios estás haciendo?” —pregunté.
El mayor, que también era el vencedor, sonrió. “Estamos jugando a la misericordia. Uno de nosotros tiene que clamar por misericordia antes de dejarlo ir”.
Tal vez algunas personas juegan un juego similar con Dios. Se rebelan contra sus mandamientos como lo hicieron los israelitas, y luego se mantienen rígidos, esperando que retroceda. Cuando se sienten abrumados, suplican misericordia.
Los hijos de Israel subestimaron su importancia para Dios y su plan para la salvación mundial.
Dios nunca juega a la misericordia. No se deleita en ver a sus hijos doblegados por el peso de su propia desobediencia. No se atreve a pedirles ayuda. Él ofrece misericordia independientemente de los pecados que hayamos cometido.
