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Adoración tangible
Julio 17th, 2024
Salmos 63:1-11
El Salmo 63 se atribuye a David, un hombre conforme al corazón de Dios, pero muy humano. Era como tú y como yo: imperfecto. Sin embargo, fue capaz de escribir el segundo verso y decirlo con todo su corazón. Había disfrutado de momentos concretos de adoración en los que contemplaba el poder y la gloria de Dios de una manera muy tangible.
David no fue el único que tuvo “momentos de Dios”. Seguramente Noé tuvo un momento tangible con Dios cuando se enteró de que iba a construir un zoológico flotante. Abraham e Isaac seguramente sintieron a Dios de una manera tangible después de que Dios proveyó un sacrificio alternativo. Moisés tuvo un momento muy poderoso en la zarza ardiente. Elías sintió físicamente la bondad de Dios en esa cueva. Sara, Raquel, Ana, Isabel y María tuvieron momentos de felicidad divina cuando descubrieron que lo imposible sería posible.
Cada uno de estos seres humanos ordinarios podría insertar su nombre en el Salmo 63:2 y proclamar su verdad de una manera personal. Nuestro Dios todavía aparece hoy en día.
Autor: Andrea Talley
